miércoles, 17 de junio de 2015

La alquimia del Fali: Salmorejo Cordobés, para el verano que nos espera.

Hola amigos bienvenidos al blog de la alquimia del Fali. Esta vez os traigo un post de salmorejo cordobés, como lo hace la madre de un amigo mio de Córdoba, y como la Cofradía del Salmorejo de Cordobés, dice que es la receta original. Este plato, tiene sus orígenes como tal, al principio del siglo XIX, aunque los romános y los árabes, ya tenían algo parecido sin tomate. Bien alquimistas, no me extiendo más, vamos al lío.







Para la realización de esta receta, necesitamos:
  • Tomate natural maduro, 1 kg.
  • Pan de telera cordobesa, o tipo payés, 200 grs.
  • Aceite de oliva virgen extra, 150 ml.
  • Sal, una cucharadita, depende de como os guste.
  • Huevo cocido, 1 o 2.
  • Jamón serrano picado, 50 grs.







 



 Preparación: 

       Ponemos un cazo con agua y ponemos a cocer los huevos de gallina. Troceamos el pan y lo ponemos en el vaso de batir o donde vayamos a hacer el salmorejo; pelamos el ajo y lo añadimos al pan, añadimos la sal. 

Lavamos y troceamos los tomates, quitándoles el pedúnculo, los estrujamos un poco encima del pan para que se empape del jugo. Lo trituramos con la batidora y añadimos el aceite.





 


 




       Batimos hasta ligar los ingredientes y quede tipo crema un poco espesa. Lo metemos en el frigorífico hasta el momento de servir.


 








 






        A los nueve minutos de cocción, apartamos el cazo del fuego donde estábamos cociendo huevos, y los enfriamos en el cazo con agua fria. Una vez templados procedemos a pelarlos y picarlos en taquitos pequeños, bien a cuchillo o rallador de huevo, y reservamos.












       En un bol pequeño, vertemos el salmorejo con la ayuda de un cucharon, y añadimos el huevo, el jamón , y servimos.

La alquimia del Fali está servida amigos, buen provecho y hasta el próximo post.




       Un inciso, toda modificación, no es salmorejo, pero probad a echarle un chorro de vinagre y untarlo en el pan para el desayuno...vais a flipar. Luego hay quien le gusta que pique, pues más ajo... a gusto del consumidor. Hasta luego alquimistas!


























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